- Son las 4 de la mañana y algo, un dia miercoles de madrugada donde estoy triste y no paro de llorar, sola , yo, el computador y la oscuridad de mi habitación.
Creo desde que me levante el día martes y la Lily me dijo que era una chanta por no estar con ella hoy y quedarme en casa porque no tenia ganas de nada, debí haberme dado cuenta que algo andaba mal o que algo andaría mal. Dormí todo el día, no quería comer y quería solo dormir, hasta que mi hermano menor con su sonrisa cándida de bebé me vino a despertar y me dijo - hermanita levantate porque quiero que juegues conmigo rayuela ( el le dice rayuela a una hoja que pinto con sus manitos y sus crayones de colores, yo solo entiendo que hay figuras raras, pero en su mundo.... es todo un gran juego ). Me dispuse a sacar mi cuerpo de las garras de las sabanas, que no me querían dejar ir. Para levantarme prendí el computador a las 6 de la tarde para escuchar mi música. Y me puse a bailar. No hay nada que me haga mas feliz en este mundo que bailar, disfrutar el sonido de la melodía, sentir la música y hacerla tuya en cuerpo y sentidos.
Mi hermano se aburrió de esperarme en su pieza y me acompaño bailando... hasta que nos cansamos de bailar. Creo que cuando crezca lejos sera el mejor bailarín entre lo tiesos que son los hombres actuales, aunque hay excepciones.
Todo el día pensé en porque los rayos del sol no salían y el día estaba tan lúgubre y penoso...estaba tan apagada que ni siquiera pude terminar de ver Bridget jones al borde la razon ( mi pelicula favorita ) y solo la vi hasta que Darcy ( mi hombre ideal ) y Bridget terminaron su relacion.
Craneandome la cabeza en ideas y pensamientos que solo yo me comprendo, porque? tengo que pensar tanto. quizas mejor deba asumir la idologia que lleva un amigo y vivir el dia a dia sin preocuparme del futuro. Disfruta me dijo ayer. eso debere hacer, disfrutar y ser feliz.
Ya es otro dia y se que hoy se asomara el señor sol. Sé que me iluminaran, al menos... un poquito.
1 comentario:
Esa mañana post-fiestapatria debía ir temprano a trabajar. Dicen que soy el más "estable" de los trabajadores, pero la verdad es que mi "laburomanía" es una protesta contra todos aquellos flaitecillos que se paran en la esquina creyéndose "vihos" por el solo hecho de pasar a llevar a los demás.
Esa mañana era demasiado triste para anunciar el equinoccio de primavera. Contra mi voluntad tomé el metro, sólo para ver los afiches de panoramas culturales. En el vagón se veían caras arrepentidas por un derroche de fin de semana quizá justificado, y recordaba como en el Féisbuc y el Tuiter se batallaba con fotos y notas para mostrar quien lo había pasado mejor el Dieciocho.
Lo normal, para mí, es bajarme de la micro y caminar hacia el laburo, saludando a los perros y palomas del camino. Eso es lo que pensaba dentro del apretujado vagón de sueños capitalinos; pensamiento interrumpido por el desvanecimiento de una estudiante de entre la multitud. La recojo, literalmente, diciendo "¡qué te pasó Valentina!" (nombre improvisado para hacerle entender a los curiosos que estaba todo bajo control).
Su juvenil rostro ocultaba cierta saturación espiritual; algún macabro pensamiento que le robó la fuerza física.
La maldita primavera.
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